EL INTERÉS POLÍTICO DE DENISE DRESSER EXHIBIDO EN LA MAÑANERA. Por Fidel Carlos Flores*

———- O ———-
Es legítimo que un inculpado se oponga al uso de su juicio para fines políticos, y más cuando su caso se encuentra descontextualizado. Se trata del editorialista y académico Sergio Aguayo, a quien un juez, le ordenó el pago compensatorio de 10 millones de pesos por difamación a Humberto Moreira ex gobernador priísta. Un proceso cuestionable que enfatiza –por cierto- la necesidad de reformar al Poder Judicial, como varias veces lo señaló Andrés Manuel López Obrador.
Resulta que el comentarista Aguayo al ser entrevistado por Julio Hernández (Astillero) afirmó que la intención de vincular al Presidente en su caso, no es correcta. “Él no tiene nada que ver, fue un gobernador priista producto de las redes de complicidad”, por tanto no está de acuerdo con la afirmación de Denise Dresser.
Resulta que en conferencia matutina (antes de ayer), la politóloga Dresser (orgullosamente de Reforma y Proceso, según ella) cuestionó al mandatario sobre supuesta iniciativa (filtración o fake news) de ley para coartar la libertad de expresión a periodistas, presuntamente ideada por Alejandro Gertz Manero (Fiscal General de la República). En tal sentido, le pidió al Presidente manifestarse sobre dicha suposición, a la vez criticó el desempeño de su gobierno en el juicio entre el exgobernador de Coahuila y Sergio Aguayo.
De entrada el Presidente lamentó que la opinóloga siguiera comparando su administración con la de gobiernos anteriores (neoliberales) y destacó la actual autonomía de poderes. Reviró enfático “Lo que dices no es cierto, no tengo nada que ver con la supuesta iniciativa que se planea desde la Fiscalía General y en el supuesto de ser cierta, le corresponde a dicha instancia autónoma, aclarar.
Según López Obrador el pleito entre Moreira y Aguayo también es contra Reforma y data de años.
Por otro lado, la Doctora Dresser -desde mi humilde perspectiva reporteril- cometió un craso error, no es ético fundar (con idea sesgada) e iniciar con preguntas a partir de filtraciones (escolios del dice que dijo) es decir construyó una argumentación totalmente sin sustento.
Finalmente, es sano que haya conferencias de prensa y diálogo en contextos estrictamente periodísticos, pero su participación y reclamo en nombre de Sergio Aguayo fue desafortunada, evidenció intereses.
Por ello -creo- hay que distinguir entre periodismo e intereses políticos (o de grupo).
———- O ———-
(*) Periodista (EPCSG) y economista (UAM-A)

LOS MEDIOS TRADICIONALES ¿AGONIZAN?: MÉXICO EN TIEMPOS DE LA 4T. Por Fidel Carlos Flores*

———- O ———-
A Propósito de un reciente viaje a Bolivia y percibir su opinión publica que en general da por ciertos todos los contenidos de CNN (EEUU) en relación a Bolivia, México y Latinoamérica, y que suponen que el auditorio mexicano vive pendiente de ello. En un artículo anterior aclaré que dicha cadena no tiene peso en la actual comunicación masiva, ni sus contenidos. Además contextualicé cómo hace varios años los gigantes y privilegiados de la comunicación (Televisa y TV Azteca) ya se enfrentaron a contrapesos reales en el mundo virtual preferido por las nuevas generaciones de ciudadanos.
Las televisoras paulatinamente se vieron en circunstancias económicamente críticas y empezaron a activar recortes y despidos. ¿El culpable a vencer? Adolescentes y jóvenes que usando sus propios recursos audiovisuales y comunicativos (creatividad, originalidad, autenticidad, incluido errores) en canales de YouTube y redes sociales empezaron a crecer.
Como muchos lo advertí hace años, aprovechando mí condición de profesor en Ciencias Sociales realicé –recurrentemente- encuestas a jóvenes millennials y nativos digitales midiendo gustos y preferencias mediáticas. Así, de primera mano me informé de tendencias y formas de comunicación que acaparaban la atención de usuarios que generaban millones de «like» y visualizaciones.
Parecía una lucha entre Goliat y David. El poderoso duopolio reflejaba una galopante disminución en ganancias (ventas en publicidad cada vez menores).
La revolución virtual (de la información) que había iniciado dos décadas atrás tomó real fuerza y generó consecuencias los últimos años, más durante las últimas elecciones (AMLO y sus benditas redes sociales). Tales contextos ya no le pertenecían a las grandes empresas (televisión, impresos y radio), la falta de ingresos al sistema mediático y a sus periodistas fueron devastadores, además de agregarse al escenario, el diario discurso presidencial (conferencias mañaneras).
Finalmente una observación, el problema –desde mi perspectiva- de la televisión tradicional radicó en sus añejos contenidos, acartonados, manipulados y sesgados (de sus líderes de opinión). Contenidos sin creatividad, predecibles, sexistas y vacíos que se fueron alejando poco a poco de la emotividad y gusto de una pléyade de jóvenes. A la par fue creciendo la predilección por “youtubers” irreverentes y espontáneos. Sin lugar a dudas, nuevos tiempos de la 4T (Cuarta transformación).
(*) periodista (EPCSG) economista (UAM-A)
———- O ———-

MÉXICO EN LA MIRADA DE SURAMÉRICA Y OTROS DATOS A 13 MESES. Por Fidel Carlos Flores*

———- O ———-
A principios de mes estuve en Suramérica (Bolivia) de paso a frontera con el norte argentino, en varias partes del trayecto e interacción con amigos y colegas pude percibir la errónea idea que tienen sobre la situación de México, (en el área política, económica, relaciones internacionales, austeridad, lucha contra la corrupción y estrategias contra la violencia y narcotráfico) en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y su Cuarta transformación.
En general, dan por ciertos todos los contenidos que genera la cadena CNN (EEUU) en relación a Bolivia, México y Latinoamérica, suponiendo que el auditorio mexicano vive pendiente de ello, se sorprenden cuando se les aclara que dicha cadena no tiene peso en la actual comunicación masiva, ni sus contenidos, los cuales siguen una línea editorial como cualquier medio privado, además de ser portavoz de sus propios intereses.
Es más, hace algunos años los otroras gigantes de audiencias masivas mexicanas (Televisa y TV Azteca), hoy tienen un contrapeso real en el espacio virtual. Circunstancia y balance que impactó en severas reducciones de presencia mediática, influencia e ingresos de dichos consorcios.
Se viven nuevos tiempos en México que (con errores y aciertos) no alcanzan a ser comprendidos en su dimensión histórica, política, social  y geopolítica en varias zonas del continente.
Los análisis a botepronto sin contexto y contraste construyen miradas sesgadas que generan confusión y opinión ligera, es decir que no admiten razones, ni argumentos. Supongo -y regularmente es así- tiempo e historia se encargarán de situar a los actuales actores en el lugar que les corresponde.
En tales circunstancias llegamos a finales de enero: el país no cuenta con un embajador en Bolivia, sin embargo a pesar de la expulsión de María Teresa Mercado (última embajadora), la misión diplomática sigue funcionando, emitiendo visas y actividades propias de su delegación –claro- siempre enmarcado en lineamientos de Relaciones Exteriores basados en la reconocida Doctrina Estrada**.
En la actualidad, la 4T (a 13 meses) sigue un norte definido pero con reacomodos y reajustes (con todo), el Presidente aún conserva una popularidad indiscutible. Destacamos en este proceso, su capacidad comunicativa en las diarias conferencias mañaneras, mismas que son vitales para fortalecer su proyecto de nación.
Transitamos –pues- caminos donde parece imposible la imparcialidad; veamos, en el primer año de gobierno se alcanzó un récord en materia de homicidios, es decir subió. Suficiente razón para que sus adversarios anuncien (con bombo y platillo) el fracaso total de la estrategia de seguridad pública. En contraste, en el mismo tiempo la curva/tendencia de violencia extrema por fin, comenzó a estabilizarse y disminuir situación interpretada por sus seguidores como señal inminente de inflexión, es decir, se inicia el control y reducción (algo parecido ocurrió con barriles de petróleo extraídos para su comercialización).
Lo anterior, solo es muestra de lo que ocasiona una interminable polarización (a veces esquizofrénica), es decir ante un problema, surgen dos extremos para observar los resultados según las preferencias del ciudadano.
Sin lugar a dudas, AMLO es un presidente diferente, un fajador frontal con amplio conocimiento histórico y férrea convicción de honestidad y arrojo. Además su acción y manejo de símbolos es extraordinaria.
Finalmente su gobierno, también con severos cuestionamientos por parte de un sector de la sociedad, marcará un antes y después de administraciones pasadas (PRI y PAN) y en este sexenio creo más profundas. Por ejemplo: la anterior semana se conocieron (a raíz de la detención de Genaro García Luna) contubernios y corrupción en altos niveles que comprometen a ex presidentes. Situación sumamente grave.
(*) Periodista y Economista
(**) La Doctrina Estrada, nombre de la Política Exterior de México desde 1930. Se llama así por Genaro Estrada, Secretario de Relaciones Exteriores durante la Presidencia de Pascual Ortiz Rubio, que la redactó y publicó mediante un comunicado de dicha secretaría el 27 de septiembre de 1930. Esta doctrina se manifiesta en contra de que los países decidan si un gobierno extranjero es legítimo o ilegítimo, especialmente si este proviene de movimientos revolucionarios. La doctrina Estrada contradecía la costumbre de su época, que cada país debía reconocer al gobierno de otro país para que este fuera considerado válido o legítimo. Igualmente se mostraba en contra de la doctrina Tobar y del intervencionismo, entre otros.
———- O ———-

RETABLOS, EXVOTOS Y MILAGROS, SÍMBOLO DE LA FE DE LOS MEXICANOS. Por Bertha Alicia Esparza Reyes*

A Donagh Gordon
———- O ———-
Después de la Conquista, los habitantes de los pueblos mesoamericanos sufrieron una transformación radical en su manera de interpretar al mundo, fue un cambio de vida tan drástico que muchos no pudieron superarlo y llegaron hasta el suicidio al ver que su entorno se había modificado, algunos cronistas indígenas citados en el libro de Miguel León Portilla “La visión de los vencidos” expresaron la desolación que sintieron al ver su majestuoso Imperio destruido después de la Matanza del Templo Mayor que dice así:
 
«En los caminos llacen dardos rotos,
los cabellos están esparcidos.
Destechadas están las casas,
enrojecidos tienen sus muros.
Gusanos pululan por calles y plazas,
y en las paredes están los sesos.
Rojas están las aguas, están como teñidas,
y cuando las bebimos, es como si bebiéramos agua de salitre«
(p.154)
 
Este relato me parece desolador y creo que describe perfectamente el sentimiento de impotencia que siente el hombre ante el desastre, una guerra o una pérdida irremediable que provoca que el ser humano pierda las ganas de vivir, la esperanza o ese motor interno que mueve nuestras conductas que algunos llaman fe, para muchos hombres y mujeres la Conquista fue un acto de barbarie insuperable en donde se vieron humillados, con mujeres violadas, perdieron su dignidad y su libertad al grado de llegar a preferir matar a sus hijos antes de verlos convertidos en esclavos. Pero ¿cómo se recuperó ese sentimiento de renovación? ¿Cómo renovó el mundo indígena el amor por la vida? En mi análisis (acto totalmente subjetivo), esa recuperación moral se dio a través de la Conquista Espiritual, del trabajo incesante de los misioneros franciscanos, agustinos y demás órdenes religiosas que se dieron a la tarea de iniciar el complejo proceso de evangelización en donde se conjugaron de manera muy particular dos religiones: la mesoamericana y la católica. Este proceso fue paulatino porque se enfrentaron a una cosmovisión diferente pero eficaz, al grado que hoy en día nuestro país (México) es muy respetuoso de las fiestas religiosas y tiene un calendario ritual que se celebra con gran respeto.
La presencia de los milagros y prodigios forman parte esencial de la cosmovisión de nuestro pueblo, el culto a los Santos, las peregrinaciones a lugares sagrados y hasta las apariciones marianas como las de la Virgen de Guadalupe en el Cerro del Tepeyac o la Virgen de Ocotlán son festividades que provocan verdaderas muchedumbres que ofrendan toda la fe y esperanza hacia estas deidades femeninas, tan poderosas que hasta se trasmite en vivo y en directo, en cadena nacional por las cadenas televisoras más importantes del país y algunas del extranjero.
La presencia de los milagros sigue formando parte de la realidad cotidiana de los mexicanos, además son un elemento importante de identidad.
Hay una característica peculiar en la fe de los mexicanos, cuando su oración a la Virgen o al santo de su devoción es escuchada, éste le ofrece un «milagrito» que le cuelga a la figura de bulto que está en la capilla, iglesia o basílica consagrada a su culto, ocurre algo similar a los lugares de peregrinación como el del Señor de Chalma, al grado que abundan los «niñitos dorados», los «piecitos», los «corazones», «las manitas», «los ojitos» y hasta fotografías que dan testimonio de la gracia concedida y es una muestra de gratitud de la persona hacia el Santo por haber intercedido por él ante Dios para que su petición tuviera solución. Estas pequeñas joyas son una muestra que a pesar de que vivimos inmersos en un mundo moderno y globalizado los prodigios se siguen manifestando, son testimonios materiales de la fe de las personas, de la devoción de los mexicanos.
Además de los «milagritos» en las paredes de los santuarios y de las iglesias son frecuentes los exvotos o retablos que consisten en pequeñas pinturas que representan sucesos trágicos, operaciones difíciles, enfermedades incurables o accidentes en los que se pidió la intercesión de un Santo para salir del problema y que por un milagro el individuo sobrevivió, hay una pequeña descripción (con errores de ortografía) de los sucesos con el nombre de la persona que ofrece el exvoto en agradecimiento al santo. Una de las mayores colecciones de retablos que conozco se encuentra en el Museo de Frida Kahlo en Coyoacán, si el lector está interesado lo invito cordialmente a que la visite y observe con atención estas muestras de la imaginería popular y de la fe de los mexicanos. También puede ir a las iglesias y observar cómo, hasta el día de hoy, los milagritos y los retablos forman parte de la vida de los mexicanos, que pese a las adversidades sale siempre adelante por su fe, si hay algo que debo reconocer, es la eficacia de aquellos misioneros españoles de túnicas raídas que predicaban de un pueblo a otro, lograron que en nuestro país se cimentará profundamente la religión católica con las particularidades de una cosmogonía indígena que lograron un sincretismo que nos distingue de otros países del mundo.
(*) Historiadora
———- O ———-
Bibliografía:
– León Portilla, Miguel. La visión de los vencidos. ed. UNAM, México, 1992, 224 p.
– Sánchez, Rosa María. Los retablos populares Exvotos pintados. ed. UNAM, México, 1990, 85 p.
– Thompson, Helen. Milagros, la magia de la imaginería popular. ed. Grijalbo, México, 1999, 95 p.

MAKÁRENKO: UTOPÍA O POSIBILIDAD (Crítica literaria). Por Jorge Gallo García*

• ¿Trabajo colectivo en una sociedad individualista?
• Éxito y reconocimiento, ¿debe ser individual o colectivo?
La experiencia que vive el pedagogo soviético Anton Semionovich Makarenko, al frente de una comunidad diversa y conflictiva, tiene diferentes lecturas tanto sociales, como políticas y morales, además de las derivadas de la práctica docente y pedagógica, que a casi 100 años de su implementación en la ya desaparecida URSS.
Para contextualizar, es necesario ubicar a un joven maestro (Anton Makárenko), que vive uno de los momentos históricos más importantes en el siglo XX: la revolución rusa y la creación del primer estado socialista, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Debemos destacar el estado social que vivió Rusia a fines de la revolución y los primeros años de la URSS; la economía se encontraba devastada, la industria y la producción agrícola era prácticamente inexistente y por lo tanto, la violencia, el desánimo social, la delincuencia y demás problemas derivados de una sociedad que sale del caos e intenta reinventarse, es la constante.
En este marco caótico, Makárenko es el responsable de dirigir una comuna conformada por jóvenes infractores, quienes son vistos como irresponsables, rebeldes e incorregibles, que para mucha gente tienen que ser tratados con mano dura y disciplina férrea pues representan la parte negativa de la sociedad de ese momento.
Sin embargo no se reflexiona que esa “juventud rebelde y desenfrenada”, es el reflejo de la sociedad, y que al igual que en todas las épocas y los lugares, es más fácil corregir con mano dura, que conocer las causas y atacarlas de raíz para que éstas no se reproduzcan.
En una primera experiencia, Makárenko cae en este círculo vicioso y termina por golpear a uno de los educandos, desesperado ante la insolencia de un joven que reta su autoridad, y como consecuencia la autoridad se impone pero por medio de la violencia, y por ende, los educandos obedecen y cumplen pero por miedo a ser reprimidos, no por el compromiso con la institución.
Gradualmente – y de ahí la importancia de la experiencia de Makárenko-, el profesor se va involucrando personalmente con los educandos, los conoce, sabe sus historias y en base a esto, practica el respeto, la tolerancia, la disciplina y el trabajo comunitario, y hace que su comuna prospere y sea ejemplo del trabajo comunitario que se implementará en la URSS en los próximos años.
Sin embargo, hay que subrayar un punto muy importante en la experiencia de Makárenko, El Poema Pedagógico no es una historia de éxito personal –muy común en la literatura de superación personal-, Makárenko no es el líder que saca el extra de la persona, ni el gran motivador que logra milagros en el individuo, Makárenko es un buen planificador, que convence a los jóvenes a trabajar por el Estado socialista, por el bien común y en busca de la prosperidad de la sociedad en su conjunto.
Mentalidad que sirvió en la administración socialista, primero de la URSS y después, en el bloque de países que por diversas causas adoptaron el socialismo como forma de gobierno, lo cual fue la base del trabajo en las cooperativas en las que basó la producción –Koljóses y Sovjóses-, como se les llamó en ruso-.
Naturalmente, bajo el punto de vista occidental, esta forma de organización laboral fue duramente criticada pues se decía que el trabajador perdía importancia como individuo, y que sólo era una pieza en un intrincado engranaje burocrático, donde el trabajador no gozaba plenamente de sus logros individuales, por lo tanto limitaba su desarrollo personal.
Sin embargo no se pueden regatear los logros obtenidos con industrias que con lo básico, lograron éxitos en diversas áreas, y de ahí se explica el éxito de la URSS durante su existencia.
Lo importante de Makárenko es el crear una conciencia social, basada en el trabajo, la disciplina y el convencer al individuo de que su trabajo, lejos de brindarle logros económicos, reconocimientos y alimentar el ego, propio de sociedades como la mexicana –y la occidental en general-, donde el éxito o fracaso se mide en bienes materiales y en el modo de vivir, gastar y comprar, es el trabajar por el bien común.
Diversos estudios nos indican que uno de los problemas que vive México en el ambiente laboral, es precisamente la falta de compromiso del trabajador con la empresa en la que labora, pero del mismo modo, en el sistema económico que rige al país, el trabajador sólo es visto como un número más, como una pieza que se sustituye y se le resta valor como ser humano.
Entonces se cae en el círculo vicioso que se vive desde hace décadas en el ámbito laboral: “Si la empresa hace como que me paga, yo hago como que trabajo”. Vale la pena reflexionar: ¿Es necesario crear una conciencia social en una sociedad hedonista e individualista?
Pareciera que la respuesta natural es que sí, sí es indispensable cambiar la forma de percibir la realidad que hoy tenemos, como lo es el individualismo, la acumulación de bienes como finalidad principal, lo que trae como consecuencia la división social y la indiferencia.
Pero no hay dejarnos engañar con una primera impresión, el adoctrinamiento social trae consecuencias que hoy lo vemos en algunos países de Latinoamérica, que es perder la importancia de la sociedad civil en temas prioritarios; trae como consecuencia el callar de forma velada la crítica al gobierno y a la cúpula que toma las decisiones que afectan a todo un país.
La verdadera democracia se basa en las voces disidentes, en la crítica y en el proponer cambios a la estructura que como consecuencia natural de permanecer mucho tiempo en el poder, se vuelve obsoleta y no sabe adecuarse a los cambios que vive la llamada “aldea global”.
Y de ahí la crítica que se hace de la experiencia de Makárenko, no podemos regatear ni minimizar los enormes logros que llevó el manejo exitoso de la Comuna Máximo Gorki, como la nombró Makárenko, en honor al gran revolucionario, activista y escritor ruso, que fue visto como ejemplo para la juventud socialista, pero sí dejar claro que dentro del compromiso social que se debe tener para hacer un país justo y exitoso, también es indispensable que el individuo busque el éxito profesional, pues la superación y sus frutos, son derechos a los que todos los humanos tenemos derechos.
* El Poema Pedagógico, de Anton Makárenko, es un libro, donde el autor narra a manera de novela, las experiencias que tuvo durante 15 años (1920-1935), al dirigir de forma exitosa una serie de comunas, donde tuvo como responsabilidad fomentar el trabajo colectivo, que va a ser la base de la organización de cooperativas en la URSS en años posteriores.
Makáreno refleja el ideal socialista, pues fue un hombre que nació en el seno de una familia muy pobre, y con muchos esfuerzos pudo terminar la carrera de pedagogía; posteriormente va a romper los viejos moldes educativos, dando importancia al trabajo en grupo, al esfuerzo y al desinterés en la acumulación de bienes materiales del individuo.
Sus orígenes pobres, su esfuerzo y su trabajo colectivo, fue visto como ejemplo en las sociedades socialistas, aunque en la realidad, sus métodos pedagógicos le trajeron divisiones y diferencias con las escuelas y academias de la época.
(*) Periodista y Maestro UAM-Azcapotzalco

EL VENDEDOR DE SILENCIO (LIBRO/Fragmento*) Autor Enrique Serna

Carlos Denegri llegó a ser uno de los periodistas más poderosos de mediados del siglo XX. Enrique Serna retoma la figura de este oscuro personaje plagado de misterios políticos y policiacos en una novela editada por Alfaguara.
EL VENDEDOR DE SILENCIO. Por ENRIQUE SERNA (Escritor/periodista)
Una mañana fría, embadurnada de gris, Carlos Denegri llegó a trabajar con la voluntad reblandecida por una desazón de origen oscuro. La mala vida le pasaba factura, ¿o ese malestar indefinido tenía quizás otra causa, la soledad, por ejemplo? Por la ventana del auto, un Galaxie verde botella con vidrios polarizados, aspiró con melancolía el olor a tierra mojada del parque Esparza Oteo, anegado por las lluvias de agosto, que en circunstancias normales hubiera debido reconfortarlo. Esta vez no fue así: la bocanada de oxígeno agravó su languidez. Eloy, un guarura con cuello de toro, ágil a pesar de su corpulencia, giró la cabeza como un periscopio y al comprobar que no había peligro en la calle le abrió la puerta trasera del carro. Lo había disfrazado de fotógrafo, con el estuche de una cámara Nokia colgado del hombro, para camuflar la escuadra 38 súper. Así llamaba menos la atención en los lugares públicos. Los alardes de poder estaban bien para los políticos y los magnates, no para un periodista que frente a ellos debía aparentar humildad.
— Le llevas el cheque a mi madre, luego te vas a pagar la luz y regresas antes de mediodía — ordenó a Bertoldo, su chófer, un joven circunspecto de ojos saltones, con una rala piocha de sacerdote mexica
— Ah, y de una vez échale gasolina.
Como el aguacero de la noche anterior había encharcado la banqueta, tuvo que dar un rodeo para llegar a la puerta del edificio con los zapatos secos. En el elevador se recetó una sobredosis de trabajo para vencer la flojedad del ánimo que arrastraba desde su regreso de Europa, dos semanas atrás. ¿Lo afectó la altura, la fealdad de México, una repentina falta de fe en sí mismo? Ojalá lo supiera. A sus 57 años, entre el otoño y el invierno de la vida, esa falta de entusiasmo quizá fuera simplemente un achaque de la vejez. Pero no debía caer en la introspección mórbida. Lo mejor en esos casos era levantar una barricada de indiferencia, sin pensar demasiado en sí mismo. Salió del elevador con un paso enérgico y saltarín, el paso del superhombre que le hubiera gustado ser, y dio los buenos días a Evelia, su secretaria, una coqueta profesional que hacía denodados esfuerzos por conquistarlo. No le sentaba mal el atrevido escote que llevaba esa mañana y sin embargo resistió estoicamente la tentación de mirarle las tetas. Estaba buena pero era inculta y vulgar, una peladita empeñosa con ideales de superación personal. Si cometiera el error de cogérsela, aunque sólo fuera una vez, trataría de iniciar un romance en regla y tendría que pararla en seco. Resultado: un ambiente de trabajo tenso, con fricciones y rencores a flor de piel. Ni pensarlo, demasiados líos por diez minutos de placer.
En su despacho, alegre y bien iluminado, con plantas de sombra que Evelia cuidaba con esmero, colgó el saco en el perchero y se arrellanó en la silla giratoria, acariciando con suficiencia la superficie tersa de su escritorio, un magnífico mueble de palo de rosa, con las asas de los cajones chapadas en oro. Dos símbolos patrios engalanaban la pared del fondo: una Guadalupana del siglo XVII, atribuida al pintor novohispano Cristóbal de Villalpando, y una bandera tricolor antigua, con el águila de frente, que le había regalado un ex secretario de la Defensa. Del lado derecho, junto a la puerta, un friso de fotos en blanco y negro, en el que departía con los últimos cinco presidentes de la República, desde Ávila Camacho hasta Díaz Ordaz, proclamaba su interlocución privilegiada con el poder y el carácter hasta cierto punto inmutable de su celebridad. Era lo primero que los visitantes veían al entrar y lo había colocado ahí justamente para enseñarles con quién estaban tratando. En la pared opuesta, junto al diploma de Doctor Honoris Causa que le había concedido la Universidad Autónoma de Baja California, una placa dorada de la Associated Press lo acreditaba como “uno de los diez periodistas más influyentes del mundo”. Al centro, entre las preseas que le habían otorgado los gobiernos de Bolivia, Francia, Indonesia y Guatemala (dos bandejas de plata, un busto en bronce de Simón Bolívar, una medalla de oro con la efigie del presidente Sukarno) refulgía la joya de la corona: una carta membretada con el escudo del gobierno yanqui en la que el mártir John F. Kennedy lo felicitaba “por su valiosa contribución a tender puentes de amistad entre México y Estados Unidos”.
Con un vaivén de caderas digno de mejor causa, Evelia vino a traerle una taza de café y su agenda del día: a las doce y media, entrevista con el Secretario de Agricultura Juan Gil Preciado; a las tres, comida en el Prendes con su compadre Francisco Galindo Ochoa; a las cinco, junta en los Pinos con el vocero presidencial Fernando M. Garza. Qué ganas de largarse a su rancho en Texcoco y mandarlo todo al carajo. Desde principios de mayo no había podido montar a caballo, tal vez por eso andaba tan chípil. La verdad era que ya podía jubilarse con la nada despreciable fortuna acumulada en sus treinta años de periodista. Ninguna necesidad tenía de andar en el tráfago de los aeropuertos, las conferencias de prensa, las fatigosas pesquisas en busca de exclusivas. Pero el retiro significaría inactividad, aislamiento, exceso de tiempo libre, borracheras sin freno, recapitulaciones inútiles del pasado. No, mejor seguirle chingando: para bien o para mal era un animal de trabajo.
Pidió a Evelia que no le pasara llamadas, colocó la silla giratoria frente a la mesita lateral, donde la Remington ya tenía enrolladas dos cuartillas con un papel carbón en medio, y se puso a escribir la columna Buenos Días, que publicaba cuatro veces a la semana en Excélsior. El tema del momento era la rebelión de Carlos Madrazo, el ex presidente del PRI, que tras su fallido intento por democratizar el partido, ahora quería formar el suyo y se dedicaba a recorrer las universidades del país en giras de proselitismo. La semana anterior había criticado el presidencialismo vertical y autoritario, una declaración que sacó ámpula en Los Pinos. El traidor ese ya le colmó el plato al señor presidente, dele un soplamocos, Don Carlos, le había pedido Joaquín Cisneros, el secretario particular de Díaz Ordaz y ante una orden del mero mero, un periodista institucional como él sólo podía cuadrarse.
“El temerario intento de Madrazo por socavar las instituciones a las que debe su carrera política se topará indefectiblemente con el rechazo del pueblo, que reconoce a leguas a los aventureros de la política, a los falsos profetas movidos por ambiciones bastardas”. Olé, matador, un vaticinio tiene más autoridad que un comentario. Los lectores sagaces, los exégetas acostumbrados a leer entre líneas, sabrían que al pronosticar el fracaso de ese renegado estaba hablando a nombre del presidente. Era Díaz Ordaz, no el pueblo, quien haría fracasar “indefectiblemente” a Madrazo si porfiaba en su rebeldía. Su artículo encerraba, pues, una amenaza encubierta que haría temblar al interpelado. “No es lícito ni prudente que, por una mezcla de revanchismo y megalomanía, el licenciado Madrazo pretenda manipular a la juventud como un agitador de plazuela. Su campaña sólo puede beneficiar a los enemigos de México, a los profesionales del rencor que buscan provocar el derrumbe de las instituciones para medrar en el río revuelto de la anarquía”. Y ahora la patada en los huevos: “Quienes acuden a las conferencias de Madrazo, jóvenes confundidos por su demagogia, deberían tener presente que en 1942, cuando estaba vigente el programa Bracero, ese demócrata impoluto perdió el fuero de diputado y estuvo en prisión por lucrar con los permisos concedidos a los trabajadores temporales que aspiraban a obtener empleo en Estados Unidos”.
Chipote con sangre, se vale sobar, cabrón. Y pensar que Madrazo, cuando era gobernador de Tabasco, lo había tratado a cuerpo de rey en la Quinta Grijalva y hasta le regaló una cabecita olmeca de obsidiana. Era un tipo bien intencionado, con más luces que el común de los políticos y la mera verdad, su tentativa democratizadora sería benéfica si contara con el apoyo del presidente. Él mismo había pedido una reforma como ésa en decenas de artículos, que por fortuna los lectores desmemoriados no recordaban ya. Pero Madrazo quería revolucionar el sistema desde sus bases y Díaz Ordaz le advirtió que no llegara tan lejos. ¿Quién le mandaba saltarse las trancas? Lo sentía mucho, pero él no era un quijotesco defensor de causas perdidas, y remató la columna con un exhorto a los jóvenes engañados por el falso mesías. “Bienvenidas sean las inquietudes políticas de los universitarios, siempre y cuando tengan un espíritu constructivo y sigan los cauces legales. Pero los atolondrados que aplauden a ese agitador revanchista están cayendo en un peligroso garlito. Los ídolos de barro se desploman al primer soplo de viento. Vuelvan a sus libros y estudien con tesón, lejos de la grilla que todo lo corrompe”.
Al sacar el artículo del carrete vio por el ventanal a una guapa madre de familia que cuidaba a dos niños en una banca del parque, mientras ellos se columpiaban. Mamita chula, qué lindas piernas. Salió al balcón para verla mejor. Ya le había echado el ojo semanas atrás, pero esa mañana estaba irresistible. Ha de ser norteña, pensó, en Mesoamérica no se dan hembras tan bien plantadas, acá el mestizaje salió muy mal. Tal vez necesitara una mujer como ella para vencer el desasosiego, la ansiedad de sentirse huérfano en el umbral de la vejez. Los niños ya se había bajado del columpio y ahora los tres cruzaban el parque rumbo a la esquina de Nueva York y Dakota. No te quedes aquí aplastado, pensó, si tanto te gusta corre a buscarla. Descolgó su saco, salió al pasillo y en vez de tomar el lento elevador, bajó las escaleras corriendo. En el parque ya no estaba, qué lástima, pero al mirar hacia la derecha la vio en la farmacia de la esquina, donde sus niños estaban sacando paletas heladas de una nevera. Corrió hacia allá, sin importarle mancharse los zapatos de lodo en los andadores del parque. De cerca la señora era más hermosa todavía, una odalisca de tez apiñonada y ojazos negros, con un porte distinguido que denotaba buena crianza. Las formas insinuadas por debajo de su vestido le amotinaron la sangre. En la vitrina de la farmacia había algunos juguetes en exhibición. Mientras los niños chupaban sus paletas se apresuró a comprarles un barquito y un avión Revel Lodella para armar.
— Se adelantó Santa Claus, chamacos, miren lo que les trajo — les entregó los juguetes con una mirada de soslayo dirigida a la mamá. Pero ella hizo una mueca recelosa, tomándolo quizá por un robachicos.
— Devuélvanle los regalos al señor.
El mayor obedeció, pero el menor, pecoso y con cara de pícaro, estaba fascinado con el regalo y se resistió a entregarlo.
— Que se lo devuelvas, te digo.
— No me lo tome a mal, señora — intervino Denegri — me caen muy bien sus chamacos. Mi oficina queda enfrente del parque y a cada rato los veo jugar.
— Perdone usted, pero mis hijos no aceptan regalos de desconocidos.
— Si ese es el problema, enseguida me presento: Carlos Denegri, a sus órdenes— tendió la mano pero la desconfiada mujer no se la estrechó.
— ¿El Denegri de la televisión?
Asintió con la misma sonrisa de caramelo rancio que prodigaba en su programa.
— ¿Y usted cómo se llama?
— Natalia Urrutia, mucho gusto.
Finalmente el bombón accedió a darle la mano. Bendita tele, cuántas puertas y cuántas piernas abría. No llevaba anillo de bodas, albricias. ¿Sería quizá una divorciada liberal y sin compromiso? Había acertado, entonces, en la táctica de ablandarla por el lado de los niños. Debía comportarse como un pretendiente con vocación de padre.
———- O ———-
*Fragmento de novela que próximamente publicará editorial Alfaguara