———- O ———- La microliteratura se define como la suma de géneros narrativos, poéticos, ensayísticos y sapienciales, caracterizados por la brevedad, careciendo de extensión mínima y su extensión máxima suele ser de una página, aunque muchos estudiosos, definen por el número de palabras, habiendo pequeñas variantes. La microliteratura es un género literario caracterizado por la brevedad de su contenido. Es una expresión que frecuentemente juega con los géneros, la intertextualidad, metatextualidad, reescritura de temas clásicos o reproducción de los mismos, al resultado de ese juego, se llama texto híbrido, porque toma prestado de otros géneros o disciplinas. La microliteratura, se origina en la tradición oral, en forma de fábulas y alegorías, va tomando cuerpo en la Edad Media, a través de la literatura didáctica, de leyendas, adivinanzas y parábolas. Podemos afirmar que empezó desde los Proverbios, Salmos y parábolas de Jesús, llegando a nuestros días con los “twitteros”. Abarcando temas diversos, inclusive dentro de un mismo texto. Siendo un tipo de literatura que se adapta a la modernidad y a la posmodernidad, por ser dinámica e interactiva con el lector y posee brevedad, estando acorde con el “tiempo líquido” en que vivimos, donde todo se diluye rápidamente. La microliteratura se beneficia con las nuevas tecnologías, insiriéndose como modelo en un mundo veloz, que deja un espacio exiguo para lecturas extensas. Empero, la microliteratura exige comprensión lectora, ya que reta al lector a comprender el mensaje del autor; así como al autor a llevar su mensaje de la manera más clara y eficaz posible, con pocas palabras. Asimismo, es frecuente el uso de estereotipos que permiten que el lector complete la información que falta en la narrativa sintetizada, de tal forma que es posible, que, parezca que carece de un argumento, cuando no es así, pues el lector interviene. Así, el conjunto de obras diversas cuya principal característica es la brevedad de su contenido escrito en prosa, de naturaleza narrativa y ficcional que, usando un lenguaje preciso y escueto se sirve de la elipsis para contar una historia a un lector activo, es conocida como cuento brevísimo, microcuento, microrrelato, microficción, minicuento, relato vertiginoso, nanoficción, entre otros. Siendo que sus características básicas son la brevedad, el lenguaje preciso, la narración y la ficción en embrión. Es suficiente, que un texto contenga estas características para sea una microficción. La microliteratura tiene una producción vasta, ya que los textos más populares empiezan a escribirse en los tiempos de Jesús Cristo: los Proverbios, Salmos y parábolas, llegando a nuestros días con los “twitteros. Como ejemplo proponemos los siguientes microrrelatos: Escondite -Vanessa Giacoman – Bolivia Nunca la encontrarán porque a nadie se le ocurrirá buscar en la casa de muñecas –pensó el asesino con una sonrisa irónica.
Destino trágico -Dina Grijalva- México Cuando una niña o niño nace en Culiacán, ya tiene destinada su bala. Es cuestión de tiempo que se encuentre con ella y entre en su cuerpo.
ESTRUENDO SÚBITO – José Miguel Sandoval Bleyer – Bolivia El estruendoso relámpago irrumpió estremeciendo súbitamente los ventanales de la casona. Un lastimero gemido se oyó a mis espaldas, seguido por un llanto venido de un alma en pena. Al mirarlo pude ver su rostro pálido y sus ojos vidriosos; como si hubiera visto el infierno. —¿Qué pasó? — pregunté angustiado. Y con voz quebradiza respondió: —Me mordí la lengua.
Alimentación -Ricardo Bugarín – Argentina Cuando no quiero comer más, cierro la boca. De nada sirve que me insistas con cucharas, cucharitas, cucharones. El exceso de metal me indigesta.
Encuentro – Biyú Suarez –Bolivia Decime tu nombre por favor… No… Pero… Dame una pista. ¿Con que letra comienza? Con la “L” Luisa? Laura? Lola? Lisa? Nooooooo Soy La Andrea.
Arbitrium – Manuel Sauceverde – México El auténtico libre albedrío proviene del azar.
PENELOPE Y SUS 10 AMANTES – Carlos Gutiérrez Andrade – Bolivia El secreto de Penélope no estaba en el hilar. Estaba en sus manos. Cada noche, en la intimidad de su cama, daba rienda suelta a su invaginación.
Miedo – Márcia Batista Ramos – Brasil Despertar con un respirador intubado a mi cadáver.
CONTUNDENCIA – Norma Mayorga – Bolivia Aquella costurera comparecía en la oficina policial acusada de crimen. Afirmaba su inocencia. -Que se presente el denunciante – se escuchó una voz. Asombro total. Una niña con lágrimas en los ojos y una muñeca de trapo en la mano, exclamaba: – Me dijo que le curaría de las tripas que se salían por su pierna. Y mire, le cortó la cabeza, la mató sin piedad y para disimular su crimen, le puso otra cabeza.
Boda -Lorena Escudero – España Completa la lazada, ambos extremos tiran ya en sentidos opuestos para cerrar el nudo. ———- O ———-
(*) Escrito para la revista Paréntesis, PEN – Santa Cruz – Bolivia (**) Licenciada en Filosofía. Gestora cultural, escritora, poeta y crítica literaria. Columnista en la Revista Inmediaciones (La Paz, Bolivia) y en periodismo binacional Exilio, México.
———- O ———- Tal vez, porque aburrirse hace parte de la existencia humana, el aburrimiento fue el espacio de inspiración donde Charles Pierre Baudelaire (1821-1867), poeta y ensayista francés, encontró las palabras exactas para unirlas en forma de versos y escribir sus más afamados poemas. Confirmando, así, que él era un ser humano excepcional, ya que somos tantos millones de millones de seres humanos en el planeta, y solo sabemos utilizar el aburrimiento para aburrirnos y no así, para la creación artística; mientras él, hizo del espacio de aburrimiento un espacio vital de creación ya que jamás, rehuyó al aburrimiento y tuvo la capacidad de transformarlo en producción artística. Cuentan sus biógrafos, que Charles Baudelaire identificaba el aburrimiento más importante como “ennui’, que se caracterizaba por ser más vital, una especie de tedio y llamaba spleen, a la melancolía, que, para él, era un tanto más fisiológico como la pereza. Sin embargo, sea cual fuere el tipo de aburrimiento, Baudelaire lo utilizaba como espacio vital de creación. Ya que él no tomaba el aburrimiento como hora muerta o vacía. Por el contrario, el tiempo muerto para él, mínimamente, servía para observar el mundo y sus circunstancias; era un artista y un intelectual, una mente acostumbrada a pensar sin descanso; tal vez así, se hizo poeta; tal vez, por eso, se hizo poeta. Su poesía se caracterizó, por un enfoque caustico y un sentimiento de orfandad, unido a una búsqueda constante de la belleza formal. En su vida personal, mantuvo un comportamiento inapropiado para la época, que hizo con que Charles Baudelaire, sea rechazado tanto por su familia como por su país, como resultado de una aparente psicología inversa, eso lo llevó a la consagración mediante el escándalo. Al sentirse incomprendido por las mayorías, que no apreciaban la profundidad de su espíritu, creo una especie de mecanismo de defensa, que lo llevó directo a la certificación de su superioridad como artista y de la valoración artística de su obra. Digamos que, lo que le empujó hacia adelante, fue el honor del rechazo hacia todos aquellos pensamientos que él tenía y nadie entendía ni supieron ver. Su obra estuvo impregnada por la visión del mal y su vida marcada por la bohemia y los excesos. Así, su experiencia creadora se rige por la búsqueda de la experiencia extrema y diversa. Siendo que fue el poeta de mayor impacto en el simbolismo francés afirmaba que: “Por la modernidad me refiero a lo transitorio, lo fugitivo, lo contingente que constituyen la mitad del arte, lo otro es el eterno y lo inmutable” . Tal vez, por eso, fue considerado el iniciador de la poesía moderna y quien acuñó el término “modernidad” (modernité). Sin su obra “Las flores del mal”, no se entiende la poesía de Rimbaud, de Verlaine, de Mallarmé y de los modernistas ya que es la llave que abre la puerta a la poesía de todo un siglo. Las Flores del Mal: Este poemario, escrito a sus 23 años, resume el ideal estético de Charles Baudelaire ya que representa su camino de búsqueda de la belleza y de los ideales que terminan en las zonas más profundas y sombrías del espíritu humano, como la perversión, el sufrimiento, el desarraigo o la autodestrucción; es una obra dividida en seis partes, aunque cada poema en sí mismo tiene un valor y significado característico. El primer poema, que sirve como introducción, está dedicado al lector y es el que abre las diferentes secciones: “Spleen e Ideal”, “Cuadros Parisinos”, “El vino”, “Las flores del mal”, “Rebelión” y por último “La muerte”; en la primera parte el poeta, exterioriza diversas formas de evasión atraídas por los ideales de belleza, de arte, de amor concluyendo en el “tedio” y en “la conciencia del mal”. La segunda parte contempla la ciudad de París y a sus habitantes, donde se acerca a los submundos de la ciudad y analiza el problema de la condición humana: “el mal”. En la tercera parte, los poemas contemplan el intento de huida a los paraísos artificiales, y su fracaso. La cuarta parte, que da título al libro, trata de las inmensidades del mal y sus diferentes manifestaciones, por ejemplo: la perversión o la violencia. Extrayendo la poesía de estas maldades como recurso a su fastidio. En la quinta parte el autor opta por la negación, la blasfemia y por Satanás. En la sexta parte, el poeta aspira al reposo y el descanso que solo son posibles con la muerte, dejando claro que, para él, la muerte representa la esperanza de encontrar una salida al dolor y sufrimiento. Se invita a sí mismo a la muerte, al viaje final. La primera edición del poemario “Las Flores del Mal”, data del año 1857, el año de la muerte de su padrastro y del cambio de residencia de su madre – la persona que representaba su refugio y que tantas veces le socorría con dinero-, a la localidad atlántica, normanda y costera de Honfleur, completamente alejada de París. Mientras que, la edición definitiva aparece en el año 1868, ya que, en la primera edición, fueron censurados varios poemas por ser considerados un ultraje a la moral pública, momento en que la obra fue difamada y calificada en, el diario francés, Le Fígaro en los números 5 y 12 de julio de 1857, en dos artículos: “Lo odioso choca con lo innoble; los repulsivos se alían con los infecciosos ” o “Un hospital abierto a todas las demencias del espíritu, a todas las podredumbres del corazón”, como consecuencia, Charles Baudelaire se vio obligado a comparecer al juzgado por delito de ofensa contra la moral pública. Baudelaire elaboró una estrategia de ardua defensa. Interpeló contra todos aquellos que le juzgaron la postura provocante del genio incomprendido, reivindicando la autonomía del arte, desvió a su favor, una circunstancia desafortunada; empero, Baudelaire y su editor tuvieron que pagar fuertes multas. Además, en la misma ocasión seis poemas fueron censurados por insultar a la moral y fue prohibida su publicación, hasta que casi 100 años después, cuando el Tribunal de Casación anula la condena y los poemas fueron rehabilitados el 31 de mayo de 1949. Los poemas censurados fueron: Les Bijoux, Le Léthé, Al que es demasiado gay, Damned Women, Lesbos y Les metamorphoses du Vampire. Baudelaire se convierte en colaborador de Le Figaro en 26 de noviembre de 1863, el mismo periódico que lanzó duras críticas a su poemario años antes, reconoció su capacidad y genialidad. Escribe y publica poemas y artículos en prensa, y también escribe un drama inconcluso. Desde sus tiernos veinte años, su madre ya lo consideraba rebelde y perdido, tal vez por la influencia del marido, el padrastro de Charles Pierre, pero también, porque él joven Baudelaire era demasiado turbulento, bastante revoltoso e indisciplinado. Asiduo cliente de prostíbulos -en uno de ellos, había conocido a Louchette, su primer amor y fuente de inspiración conocida – fue bohemio empedernido; dilapidó la herencia paterna con sus despilfarros y empezó a endeudarse, lo que motivó el bloqueo judicial de su herencia a petición de su familia. Por la truculenta vida erótica que tenía Charles Baudelaire, asiduo frecuentador de prostíbulos, contrajo sífilis, en una época en que no existían antibióticos, entonces el deterioro de la salud del poeta fue inevitable. Su vida privada fue inestable e impúdica, tanto es así, que, en tres años, hasta 1845: alquila un piso en la Isla de Francia antes de vivir en cuarenta domicilios más, seguramente, porque ningún arrendador soportaba los escándalos perpetrados por el memorable inquilino. En los burdeles que frecuentaba, traba amistad con el escritor Théophile Gautier, su principal patrocinador en los años siguientes; conoce a la actriz mulata y haitiana Jeanne Duval (1820 -1862) -su “Venus negra”, su “amante entre las amantes”-, su gran y tempestuoso amor hasta el fin de sus días; se intenta suicidar y publica su primer libro, “Salón de 1845”. También se hace amigo de los pintores Gustave Courbet, quién lo retrata y de Édouard Manet que retrató a su amante, Jeanne Duval. La concepción estética que Charles Baudelaire tenía de la pintura abogaba por una modernidad y una ruptura con la tradición que vio en la obra de Eugène Delacroix, otro amigo suyo. Baudelaire cultivó y propuso una modernidad poética y artística que tendió un puente hacia el simbolismo y el decadentismo, empero, tomó pie en los furores románticos para tomar su rumbo. La aparición de sus libros Salón de 1845, 1846 y 1859 (críticas de obras expuestas en los salones de arte parisinos, de los respectivos años), unidos a libros como “El arte romántico 1852” y “El pintor de la vida moderna 1863”, hicieron de Baudelaire el mayor crítico del arte del siglo XIX, asimismo, del arte moderno. Además, logró reconocimiento como impulsor de la modernidad. En literatura, tradujo al francés varios de los libros de Edgar Allan Poe. También, estudió e hizo un ensayo sobre Richard Wagner y sus composiciones. El talento no siempre anda acompañado de la cordura, por eso Charles Baudelaire dejó el vino y otros licores y se dedicó al opio y al hachís, además, empezó a frecuentar el selecto “Club des Haschischins”. Los estudiosos de su vida y obra convergen a que toda la presunta atracción de Baudelaire por lo diabólico, por lo maligno o por lo carnal, no se dio en un grado de exaltación positiva, ni mucho menos, sino como reflejo de una desesperanzada imposibilidad de cumplir con la espiritual atracción opuesta: lo angélico, el bien y la virtud. Del mismo modo, pareció encontrar el placer en el dolor o la belleza en la fealdad, la blasfemia como declaración de fe y afirmación de Dios. Una vida marcada por las drogas y los prostíbulos arrasan completamente con la salud del aun joven Charles Baudelaire y lo llevan hasta el más amargo fin, ya que a los 41 años se encuentra arruinado, subvencionado por el Estado para sobrevivir, perseguido por los acreedores cuando Jeanne Duval fallece en 1862, marcando el comienzo del fin del poeta que empieza a sentir la pertinaz labor de la sífilis que le trae vértigos, neuralgias y finalmente un desmayo que anuncia el final. Luego, la sífilis que padecía le causó un primer intento de parálisis en 1865 y los síntomas de afasia y hemiplejía, que arrastraría hasta su muerte, aparecieron con violencia en marzo de 1866, cuando sufrió un ataque en la iglesia de Saint Loup de Namur. Fue trasladado de urgencia, por su madre, a una clínica de París, permaneció sin habla, pero lúcido hasta su fallecimiento. Hemipléjico y mudo durante un año, Baudelaire, vivió bajo los auspicios de su madre, se sometió, a duros tratamientos en un sanatorio de agresivas terapias. Nada resultó. Su cuerpo se encontraba totalmente deteriorado. Tras una prolongada agonía, muere el 31 de agosto de 1867 y es enterrado en el cementerio de Montparnasse, en la tumba de su padrastro, a la espera de la llegada, cuatro años después, del cuerpo de su madre. En la lápida se lee “Rogad por ellos”. ———- O ———- Fuentes: Charles Baudelaire, “The Painter of Modern Life” in The Painter of Modern Life and Other Essays, editó y tradujo Jonathan Mayne. London: Phaidon Press, 13. Bibliografía Medina Arjona, E. (2009). Lectura. Recepción de Baudelaire en España. En liña, Rapsoda, Revista de literatura, (1), 128-134. Mogollon Zapata, J. M. (2018). De culpable a perseguido: Baudelaire y el proceso de Las Flores del Mal. Revista literatura: teoria, história, crítica, 20(1), 167-189. Vila, P. (2015). Baudelaire: Comentario a Las Flores del Mal. Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Charles Baudelaire. En Biografias y Vidas. La enciclopédia biográfica en línea. Barcelona (España) ———- O ———- (*) Licenciada en Filosofía. Gestora cultural, escritora, poeta y crítica literaria. Columnista en la Revista Inmediaciones (La Paz, Bolivia) y en periodismo binacional Exilio, México.
Foto: María Sabina ———- O ———- Año del Señor de 1980. Me encontraba exiliado en México, vivía en esa inmensidad urbana llamada ciudad y a las pocas semanas de haber llegado conocí a Juan Rulfo, quien era presidente del Comité mexicano de solidaridad con el pueblo boliviano, hubo un acto de apoyo a los exiliados bolivianos y el discurso central lo dio el mismísimo autor de “Luvina”, uno de mis cuentos preferidos. Le estreché la mano y me dije a mí mismo que cuando fuera grande sería como ese señor: humilde y sencillo. En México pasaba parte de mi vida en juerga, en algunos talleres de literatura y haciendo de cuenta que estudiaba sociología; me sentía vacío, buscaba algo más y encontré un grupo de jóvenes que se llamaba Netopía, un término compuesto de la “neta” es decir la verdad y de la utopía, la ilusión. Eran un contrasentido, pretendían ser artistas irreverentes y yo me sentía a gusto con ellos. Era un grupo muy loco. Un buen día decidimos buscar a María Sabina, la curandera, la Chojta Chjine (la que sabe). Pregunté quién era esa mujer cuyo nombre traía a mi mente imágenes extrañas y alguien del grupo me trajo un libro acerca de la vida y obra de la chamana de la que hablaban cantantes rockeros y poetas. En ese libro de R. Gordon Wasson, el autor cuenta que a María Sabina los hongos, a quienes ella llamaba “niños santos”, le habían entregado el “Libro del Lenguaje”, María afirmaba: “Los honguitos son la sabiduría, y esa sabiduría es el lenguaje/…/Todo mi lenguaje está en el Libro que me fue dado/…/Aparece el Libro y empiezo a leer, sin titubear/…/ son los niños santos los que hablan, los que curan”. El autor señalaba: “De hecho, durante las veladas se deja un lugar despejado para que el Lenguaje baje por allí, ya que María aclaraba: “veo que el lenguaje cae, viene de arriba, como si fuesen pequeños objetos luminosos que caen del cielo. El Lenguaje cae sobre la mesa sagrada, cae sobre mi cuerpo. Y yo atrapo con mi mano palabra por palabra”. Terminé de leer eso y decidí acompañarlos, no tanto por ingerir hongos, sino para ver la ceremonia del lenguaje sagrado, para mí el lenguaje es la patria final de los escritores y en ese territorio me sentía cómodo, aunque, en esa época, era un principiante reconociendo el mapa, los caminos, las ciudades, aprendiendo a manejar la brújula de los cuentos y buscándome en cada frase que escribía y en cada texto que leía. A veces, creo que imaginé la búsqueda y el encuentro, hasta que en mis sueños ella viene a mí y siento que las palabras la siguen como una bandada de aves revoloteando alrededor de ella, comiendo de su mano, las veo luminosas, de colores, sombrías, definitivas, sugerentes, significativas, evocadoras, palabras/temas, palabras/dioses, palabras preñadas. No lo sé, los sueños son misteriosos, lo cierto es que en México gané el Premio latinoamericano de cuento y de México volvió a Bolivia un joven dispuesto a ser escritor. Tal vez María Sabina era la chamana movima que me salvó de morir cuando era un recién nacido, tal vez me volvió a salvar y me sigue obsequiando palabras para que siga viviendo. Cuando muera sabré si ella es mi sueño o yo soy el de ella. (*) Escritor y Poeta boliviano ———- O ———-
Nací en esos Llanos de Chiquitos, un lugar con abundantes especies de maderas duras y espinosas, tierra de pastizales donde se encuentran árboles como las palmeras, palos borrachos, guayacanes, algarrobos y quebrachos. Más al norte de los Llanos de Chiquitos, se encuentran selvas de galería en las riberas y valles de inundación de los grandes ríos tributarios del Amazonas, se encuentran grandes árboles de madera blanda, típicos de la amazonia como la caoba, algunas arbóreas valiosas por sus aceites, esencias, bálsamos e incluso el árbol del caucho en el extremo noreste de esta región que yo llamo de mi tierra, heredada de mis ancestros que vivieron en ese lugar, desde el empiezo del tiempo. Mi padre es un hombre del monte, criado sin zapatos, pisando suave para no espantar la caza y traer algo de carne para la mesa; también sabe pescar y fue él quien me enseño el nombre de los pájaros, de los animales del bosque, de los peces, de los árboles y de todas las plantas de esta enorme región que fue bendecida por Dios y tiene de todo: nuestra comida, bebida y medicamento. Siempre fue una tierra bendecida. Aprendimos a convivir con el yaguar, el puma, los pecaríes, tapires, ocelotes, aguará guazú, el yaguarundí, el aguarachay, ciervos como el guazuncho, el ciervo de los pantanos, en las zonas despejadas se encuentran ejemplares de ñandú, y en los ríos y bañados, carpinchos, yacarés y nutrias gigantes. Además de reptiles, como la anaconda, la yarará y la víbora de cascabel. Nos gusta observar a los tucanes, chimangos, guacamayos, jotes, urubúes, águilas, halcones, buitres, pavas de monte, búhos, lechuzas como el ñacurutú o grandes aves corredoras como el ñandú y tantos otros. Mi madre es una mujer sencilla, como todas del lugar habla poco el castellano, habla poco el besɨro, una lengua indígena que aprendió de su madre, normalmente, mi madre habla poco… Casi no habla. … Pero es ella quien limpia la casa, cocina, lava la ropa en el río, trae agua, teje hamacas, teje sombreros, teje canastas, lava los platos, hila el algodón, hace telas, teje fajas… Ayuda a las vecinas en los partos, cura a los enfermos con las plantas, hace tintes con las plantas, hace velas con la grasa más seca de la vaca, hace jabón con ceniza, hornea el pan, va a la misa. … Nuestro territorio en los de 1930, fue campo de batalla entre paraguayos y bolivianos en la llamada Guerra del Chaco. Después, a mediados del siglo XX, hubo la crisis del caucho y mucha gente perdió su gana pan; los diferentes gobiernos nunca se preocuparon por nuestra región, así que, desde nuestros ancestros, desde el tiempo de los abuelos y bisabuelos, nosotros, los chiquitanos, somos pobres. ¡Ser pobre no es pecado! Lo malo y verdaderamente pecaminoso es lo que vinieron hacer aquí, esas gentes del mal… Justo ahora, en la época seca, cuando son muy escasas las lluvias vinieron en la noche y colocaron un poco de fuego; ¿para qué? bastó para quemar todo un gran bosque. Y lo hicieron en muchos lugares al mismo tiempo y causaron la quema de más de 4 millones de hectáreas del Bosque Seco Chiquitano junto con la pérdida de flora y fauna de la región. ¡Infelices! Vinieron de otros lugares a quemar nuestra tierra, nuestro hogar… Ni las áreas protegidas de la región como San Matías, Otuquis, Ñembi Guasu, Tucabaca y Laguna Marfil, se libraron del fuego, todo se consumió… Durante días y noches crepita nuestro bosque… Hacia donde miramos vemos fuego, creo que hasta el sol parece un árbol en llamas… Ha sido un grave desastre ecológico. Las regiones tropicales del bosque Chiquitano, considerado como un bien público de nuestro planeta, hecho ceniza. El aire está embalsamado por el humo de los bosques que están ardiendo por varios días… No entiendo el corazón de esa gente para matar animal y planta con fuego. Matar el paisaje. Matar de hambre la gente que vive aquí. No entiendo, ¿qué puede haber en una cabeza? Para ser tan ruin. … Si yo fuera Dios, yo no permitiría el daño a la naturaleza, el daño a las plantitas, a los animalitos, a esa gente tan pobre que solo tenía el bosque para protegerse y ahora ya no tienen nada. Pues cada vida es única e irreparable. Ningún interés económico vale una vida. Ya perdimos muchas vidas… Los niños enterrados en el camino representan el futuro truncado, la ilusión perdida. El Dios ve todo. Él también está mirando ahora. Mira mismo cuando ya no se cree en Él porque pensamos que ya nos abandonó. … Escucho el crepitar del fuego y veo su claridad que alumbra en la noche. El fuego está más cerca de mi casa, a cada instante más cerca, rodea todo. Mejor ya no pienso en nada. … Padre nuestro que estás en los cielos…
(*) Actualmente radica en Bolivia, nació en Brasil. Licenciada en Filosofía. Gestora cultural, escritora, poeta y crítica literaria. Es columnista en la Revista Inmediaciones, La Paz, Bolivia, en periodismo binacional Exilio, México, en archivo.e-consulta.com, México y en la revista Madeinleon Magazine, España. Publicó diversos libros y antologías, también forma parte de varias antologías. Es colaboradora en revistas internacionales en más de 14 países.
———- O ———- NIP 18/04/21 (CDMX). Ya en la recta final de abril con todo y errores (de autoridades de salud), el sentimiento que prevalece en la población inmunizada/vacunada, es de gratitud. Lo cual no es extraño en plena pandemia letal y global. Todos en general y aún más las personas de la tercera edad, transitamos con la sensación de estar en medio de una ruleta rusa (entre la vida o la muerte) con caótica e incomprensible regularidad. Una mayoría significativa, tuvimos familiares, compañeros, amigos y conocidos que fueron absorbidos por la tragedia, vivimos con la sensación de que solo es cuestión de tiempo para que el virus toque nuestra puerta. Por tanto es obvio que la inmunización genera satisfacción y agradecimiento. Pareciera que de un toque mágico se disuelve congoja y horror que transitamos meses atrás (y que continua en segmentos de población menor). Quizás este, entre otros factores -importantes- aumente aún más, la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador, de cara a las elecciones del 6 de junio en México. Es decir, a pesar de la actual polarización y que la oposición no cambiará, incluido quienes perdieron privilegios. Considero que la convicción de los más de 30 millones de ciudadanos (que llevaron al poder al Movimiento de Regeneración Nacional), se incrementará y arrastrará a sectores que quizás antes no habían votado por López Obrador. Por lo tanto –creo- la vacunación masiva, sí reflejará un efecto multiplicador. En las campañas actuales, van surgiendo con intensidad mensajes agresivos, guerra sucia, fake news, que continuaran enlodando el ambiente político. Sin embargo, si vemos sin prejuicios, la realidad delante de nosotros es diversa, tiene luces, sombras y un cromatismo inmenso, aunque convivan en medio de una brutal desigualdad y pobreza (caída PIB del 8.2 por ciento). Por cierto, las políticas económicas fueron insuficientes para frenar el desempleo y la pérdida de ingresos de la población más frágil, y el sector informal. Por otro lado, -en relación al total- existieron muy pocos gandallas (abusivos y de malas intenciones) que se vacunaron indebidamente, saltándose la fila, los cuales al ser exhibidos generaron un repudio social, incluido la del presidente quien en su momento afirmó “Nada de que yo tengo más dinero y quiero la vacuna, nada de que yo tengo influencias políticas y me voy a vacunar primero. ¡No! No es el dinero ni la influencia política lo que vale, nada más es cosa de esperar el turno cuando nos toque, nos corresponda y ya. Yo mismo estoy esperando” destacó. Finalmente, tal actitud, refuerza el predicar con el ejemplo ya que la jefe del gobierno de la ciudad y gran parte del gabinete federal (civil y militar) se infectó de Covid 19, incluido el propio presidente. Cuando por su investidura nacional pudo haberse vacunado desde diciembre. (*) periodista (EPCSG) y economista (UAM-A) ———- O ———-
Una sociedad que no se espanta ante pequeños actos de violencia, eventualmente, tiende a estar sometida a la visión de crímenes horrendos. ———- O ———- Un crimen horrendo: un psicópata degolló a su ex pareja en el parqueo del supermercado. Tan simple cuanto comprar comida en el supermercado. Una escena de sangre captada por las cameras de seguridad, además de que fue vista por los transeúntes. Un guardia de seguridad del supermercado detiene al asesino. Un hombre sin escrúpulos, que cometió un crimen, en un encuentro propiciado por él, que la seguía, él aparece fresco, con la camiseta amarilla ensangrentada camino a la prisión, después de cometer el asesinato. Ese asesinato es un feminicidio porque es un asesinato de una mujer a manos de un hombre, que era su ex pareja, en un contexto cultural e institucional de discriminación y violencia de género. Una mujer muerta, pero ella contaba con medidas de protección ante la violencia que sufrió por parte del mismo sujeto anteriormente, sin embargo, las mismas se incumplieron. Ni a un animal se le da una muerte tan violenta y en un espacio público. Pues eran las 10:30 de la mañana del domingo de Pascua y el ex, la mata. ¿Reflejo de una sociedad injusta? ¿Corresponsabilidad de un Estado que fomenta la inseguridad jurídica en todos los ámbitos? La historia de nunca acabar del machismo, que hace que algunos hombres crean que tienen supremacía sobre las mujeres y, por ende, son dueños de su vida y muerte. Tal vez, por culpa de la costumbre de normalizar la violencia, de justificar a los agresores y muchas veces a los asesinos, al tratar de escucharles motivos. Cuando no hay motivo para una agresión. Peor: ¡No hay motivo para un asesinato! Son muchas las personas que no entienden que un pequeño machismo, puede ser el germen de una gran tragedia, por eso la necesidad de tolerancia cero a actos de machismo y violencia. La sociedad en su conjunto, necesita con mucha urgencia ser reeducada. Los valores y buenos principios deben primar en la sociedad, asimismo el respeto y la solidaridad a todo ser humano. ¿Hasta cuándo el Estado, se resistirá en diseñar políticas públicas que fomenten buenos principios y eliminen la violencia? Urge repensar la sociedad, las personas del sexo femenino (las mujeres), no son objetos, que pueden ser comprados, vendidos, consumidos, asesinados… Además, juzgadas después de asesinadas, por personas que creen que ellas tuvieran la culpa para la reacción anormal del psicópata que la mató. La violencia en contra de las mujeres es histórica y, hoy por hoy, se acumula a niveles insoportables. Nuestra sociedad está a un paso de la barbarie y a los medios, solo les interesa el sensacionalismo. Yo no quiero que te maltraten, porque naciste mujer. Yo no quiero que te violen, porque naciste mujer. Yo no quiero que te juzguen, porque naciste mujer. Yo no quiero que te humillen, que te abusen, que te denigren, que te hostiguen, ¡Yo no quiero que te maten, porque naciste mujer! … La muerte violenta de las mujeres por razones de género, tipificada en nuestro sistema penal como feminicidio, es la forma más extrema de violencia contra la mujer. … ¡Basta de violencia contra la mujer! ———- O ———- (*) Licenciada en Filosofía. Gestora cultural, escritora, poeta y crítica literaria. Columnista en la Revista Inmediaciones (La Paz, Bolivia) y en periodismo binacional Exilio, México.
———- O ———- Pienso que uno de los momentos más tristes de nuestras vidas llega cuando se cierra para siempre la puerta de la casa de los abuelos. Y es que, al cerrarse esa puerta, damos por finalizados los encuentros con todos los miembros de la familia, que en ocasiones especiales cuando se juntan, enaltecen los apellidos como si de una familia real se tratase, y, llevados siempre por el amor a los abuelos, cual bandera, ellos (los abuelos) culpables y cómplices de todo. Cuando cerramos la casa de los abuelos damos por terminados, las tardes de alegría con tíos, primos, nietos, sobrinos, padres, hermanos e incluso novios pasajeros que se enamoran del ambiente que allí se respira. Ni siquiera hace falta salir a la calle, estar en la casa de los abuelos es lo que toda la familia necesitaba para ser feliz. Los reencuentros en navidad regados con olor a pintura fresca, cual incienso, con gaitas y brillo al fondo. Tertulias de enramada que cada año que llegaban, pensabas, ¿y si es la última vez? Cuesta aceptar que tenga fecha límite, que algún día todo estará cubierto de polvo y las risas serán solo un recuerdo de tiempos mejores. El año pasa mientras esperas mejores momentos, y sin darnos cuenta, pasamos de ser niños -abriendo regalos- a sentarnos junto a los adultos en la misma mesa, jugando desde el postre del almuerzo hasta el aperitivo de la cena, porque cuando se está en familia el tiempo no pasa y la convivencia es sagrada. Las casas de los abuelos siempre están llenas de sillas, nunca se sabe si un primo traerá a la novia, a un amigo o al vecino, porque aquí todo el mundo es bienvenido. Siempre habrá un taco, un café, o alguien dispuesto a hacerlo. Saludas a la gente que pasa por la puerta, aunque sean desconocidos, porque la gente que pasa por la calle de tus abuelos, es tu gente, es tu pueblo. Cerrar la casa de los abuelos es decir adiós a las canciones con la abuela y a los consejos del abuelo, al dinero que te dan a escondidas de tus padres como si de una ilegalidad se tratase, a llorar de risa por cualquier tontería, o a llorar por la pena de los que se fueron demasiado pronto. Cerrar su casa es despedirse de la emoción de llegar a la cocina y destapar las ollas, y disfrutar el plato de » las ánimas». Así que, si tienes la oportunidad de llamar a la puerta de esa casa y que alguien te abra desde dentro, debes aprovecharla cada vez que puedas, porque entrar ahí y ver a tus abuelos o a tus viejos sentados, esperando para darte un beso, es la sensación más maravillosa que puedas sentir en la vida. Si resulta que ahora nos toca ser abuelos y ya nuestros padres no están, nunca perdamos la oportunidad de abrir las puertas a nuestros hijos y nuestros nietos y celebrar con ellos, el don de la familia, porque sólo en la familia es donde los hijos y los nietos encontrarán, el espacio oportuno para vivir el misterio del amor a los más cercanos y a los que les rodean. Disfruten y aprovechen la casa de los abuelos, pues llegará un momento en que, en la soledad de sus paredes y rincones, si cierras los ojos y te concentras, podrás escuchar tal vez, el eco de una sonrisa o un llanto atrapado en el tiempo. Del resto, puedo decirte que, al abrirlos, la nostalgia te atrapará y te preguntarás, ¿por qué se fue todo tan deprisa? Y lo más doloroso será descubrir que no se fue…lo dejamos ir…. ———- O ———- FUENTE: https://www.facebook.com/viveelfolclore/
———- O ———- Desde que comenzó la Campaña Nacional de Vacunación, misma que contempló iniciar aplicando la dosis a adultos mayores de 60 años, fue duramente criticada y cuestionada por líderes de opinión que se identifican claramente como opositores al actual gobierno, y, por lo tanto, han lanzado dardos desde sus respectivos medios de comunicación. Se ha comentado que el programa está equivocado, que la estrategia es incorrecta, e incluso, los más férreos defensores y promotores de la libertad de mercado, aseguran que el Estado debe hacerse un lado y que las clínicas privadas – de grandes cadenas, por supuesto- deben ser las encargadas de inocular a los millones de seres humanos que esperan con ansias la vacuna contra la Covid. Criticar, hablar a las grandes audiencias en horario estelar, pudiera entenderse como una efectiva campaña contra el Gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, pero cabe preguntarse, ¿estas críticas son una herramienta de propaganda efectiva para golpear al presidente y a la jefa de gobierno de la CDMX? Desde afuera pareciera que sí, ya que dichas críticas son reproducidas por periódicos tradicionales y en línea, por influencers y líderes de opinión, y llegan a millones de mexicanos, sin embargo, entre la gente mayor, quienes en muchos de los casos viven con miedo ante la posibilidad de contraer la enfermedad, la posibilidad de vacunarse, la esperanza de no contagiarse y seguir con vida, parece ser el mejor remedio contra el bombardeo masivo en los medios, y esa es su realidad. En los primeros días de vacunación, los adultos mayores acudieron durante todo el día; desde horas antes ya estaban formados, haciendo fila, esperando indicaciones. En la Escuela Primaria Benito Juárez, en la colonia Roma de la CDMX, donde estoy participando como voluntario, en orden y con la excelente logística que se ha tenido hasta este momento, la gente termina todo el proceso en una hora aproximadamente. Además, hay que tomar en cuenta que el gobierno de la CDMX, ha implementado diferentes acciones para relajar los nervios de la gente que acude a vacunarse, como incluir música, actividades físicas o personal de los diferentes programas de la ciudad, que simplemente se ponen a platicar con ellos. Pero como ya lo comenté, criticar y atacar desde un micrófono es muy diferente a estar en el centro de vacunación, donde un mundo de gente como médicos, enfermeras, militares, policías, personal de intendencia y voluntarios permanecemos de pie más de 12 horas, y en muchos casos, bajo los inclementes rayos del sol, mientras la gente, como si se tratara de una gotera que no se agota, no deja de llegar. Los pies duelen, la piel arde y se llega a casa con un intenso cansancio, pero se cumplió, se atendió a un grupo tan diverso como los son los mayores de 60 años. Tan diverso que se ve a gente en plenitud de facultades, caminando y valiéndose por sí mismas, pero también ancianos en muy malas condiciones de salud, en silla de ruedas, sin poderse separar de un tanque de oxígeno, caminando con ayuda de un bastón, con amputaciones, entre otros problemas de salud. Y es entre este grupo de adultos mayores, donde las ácidas críticas de muchos líderes, tanto de opinión como de partidos políticos, parecen diluirse, resbalarse y no hacen blanco ni en el Gobierno Federal, ni en el de la CDMX. Finalmente, la gente piensa y siente: ¡por fin, ya me vacunaron! Lo mismo sucede con muchos sectores que están dentro del gobierno – policías, bomberos, médicos, maestros-, la crítica ataca, destroza, sataniza y crucifica, pero no ve – y no le interesa-, mencionar las carencias y las condiciones con las que se trabaja, o los esfuerzos que hace la gente (el trabajador común y corriente, el que no participa en política), y de ahí el éxito de algunas políticas del Gobierno, dejar que los perros ladren y las críticas se caen por sí solas… (*) Investigador y docente ———- O ———-