* Millones sufrirán por el desempleo y la falta de dinero
* Pan, circo y deudas en el futuro inmediato
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En 1949, la publicación de “1984”, de George Orwell, fue considerada como una obra entretenida y que sólo era, al igual que muchas novelas y películas que se hicieron sobre el futuro inmediato, distópico, una obra más de ciencia ficción que planteaba un futuro dominado por la comunicación y la vigilancia, con fines de control político y social, en un ambiente de duda e incertidumbre.
Cuando en la novela se plantea la posibilidad de que el lenguaje sea modificado y muchas palabras que causan enojo y molestia en contra del gobierno salgan del habla cotidiana, es una gran herramienta pues no se puede expresar enojo sin palabras que lo indiquen.
Conceptos que en esos años fueron considerados como absurdos y sólo existentes en la ciencia ficción, poco a poco fueron tomando forma en la realidad. “El Gran hermano” (Big brother), ese ente que todo lo vigila y todo lo controla; la “Policía del pensamiento”, Ministerios con nombres de bondad que acentuaban el control y la represión.
En plena guerra fría, se dijo que los regímenes totalitarios y dictatoriales, que practicaban un control ferreo sobre su población, eran una reproducción de “1984”, y George Orwell había pasado de ser un novelista más, a un gran analista social, así Mao en China, Stalin en la Unión Soviética o Fidel Castro en Cuba, eran una especie de demonios que se fincaban en el miedo y el terror y se apoyaban en medios de comunicación, incondicionales que creaban un ambiente de caos e incertidumbre gracias a mensajes que se repetían una y otra vez.
Hoy ya no hay dos ideologías que se disputen en control del mundo, sólo hay capitalismo, para muchos llamado “neoliberalismo”, y para otros “capitalismo salvaje”, sistema que tiene por objeto la acumulación de riqueza, el obtener ganancias a como dé lugar y sin importar el precio que la gran mayoría padezca por malas decisiones.
Diversos organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud, y sobre todo las grandes corporaciones de medios de comunicación, han mandado el mensaje de que estamos en medio de una epidemia que afecta a toda la humanidad, debido al Covid 19.
Y en este escenario apocalíptico que los mensajes repetidos hasta el cansancio van convenciendo gradualmente a la población que es necesario tomar medidas draconianas, drásticas, que todos sabemos serán “dolorosas pero necesarias”.
Tradicionalmente, columnistas, opinócratas y ciertos periodistas, han defendido – en ocasiones desmedidamente -, el modelo capitalista estadounidense y han sido ferreos críticos de las políticas asistencialistas, promovidas por gobiernos que soy considerados “de izquierda”, como lo es el caso del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, y en su momento lo fue Rafael Correa en Ecuador o Evo Morales, en Bolivia.
Increíblemente, esos críticos a más no poder del asistencialismo gubernamental, hoy cambian de opinión y aceptan que en Estados Unidos y en la Unión Europea, hay pobreza, que existen personas que viven al día, y ¡aplauden que el gobierno dé asistencia social a los pobres que se verán afectados por el gradual aislamiento mundial, provocado por el Covid 19!
Los medios nos preparan para que gradualmente nos hagamos la idea de que estaremos varias semanas en nuestras casas, que parará la economía, que personas que manejan un taxi, que trabajan como meseros, que viven del comercio informal pasarán semanas sin trabajo, se quedarán sin su fuente de empleo, que, en pocas palabras, sufrirán y la pasarán muy mal debido a la parálisis económica.
Sin embargo, también reciben con gran beneplácito que los bancos acercarán crédito a los afectados, que con deudas a largo plazo permitirán sobrevivir “hasta que la pandemia pase”. Aplauden a rabiar que los gobiernos den asistencia social (aplauden con ganas lo que antes criticaban).
Cabe mencionar que con estos créditos, la gente adquirirá adeudos que de momento no necesita, del mismo modo que gradualmente, los bancos a todos los niveles, tendrán “nuevos clientes”.
Nos dicen que los servicios de Streaming abrirán sus plataformas y se tenga acceso libre; que cantantes de fama mundial darán “conciertos virtuales”; que la TV brindará programación variada; que las iglesias darán misas y servicios religiosos on-line.
Las principales ligas deportivas paralizadas, compras de pánico, una sensación de caos, pero la idea de que las redes sociales, la convivencia familiar y el encierro salvarán a la humanidad del apocalipsis.
Así serán los próximos meses según se asienta el nuevo orden mundial y económico: internet, circo, endeudamiento y aislamiento.
(*) Investigador y académico
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SALA DE PRENSA/INTERES PUBLICO 