LA VIOLENCIA: EL SIGNO DE NUESTROS TIEMPOS. Por Fidel Carlos Flores C* (385)

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Definitivamente los últimos dos sexenios (Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto) pasaran a la historia como una de las peores tragedias que vivió el país, ya que al presente (2018) se contabiliza alrededor de un cuarto de millón (250.000) de víctimas mortales según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), además de 120 periodistas asesinados.
Esta situación de extrema violencia en cualquier otro país habría costado renuncias, acusaciones, juicios y cárcel a servidores públicos relevantes (de primer nivel) pero no, no fue así al contrario la impunidad y connivencia se incrementaron a límites inconcebibles.
En artículos anteriores (**) me preguntaba ¿Cuál será el límite? para que la sociedad llame a cuentas a los responsables ¿Cuál sería ese punto de inflexión?. Mi preocupación –también- consideraba en el análisis contextos de un periodismo comodino y servil al poder (favorecido por publicidad oficial y otros negocios), con un objetivo claro matizar/suavizar/minimizar impactos noticiosos y cifras atroces (muertes, secuestros, levantamientos, etc) además de imponer nula investigación periodística (es decir una línea editorial sumisa y cómplice).
Evidentemente la tarea de combate al crimen requiere un golpe de timón, de gran calado, en este marco el equipo de transición del presidente electo Andrés Manuel López Obrador ayer presentó su Plan Nacional de Paz y Seguridad que busca reorientar el trabajo de las fuerzas armadas en labores de seguridad pública.
Entre otras propuestas dentro de dicha estrategia, destaca la creación de una Guardia Nacional de al menos 50.000 elementos que contaría a civiles entre sus filas que serían capacitados por el Ejército y la Marina Armada de México y que estarían bajo el mando directo del presidente.
Al respecto, la diputada Tatiana Clouthier señaló que antes de aprobar la iniciativa que crea la Guardia Nacional escucharan a la sociedad y organizaciones sociales para pacificar el país desde varios ángulos, la propuesta del ejecutivo próximo debe ser ajustada de acuerdo a la independencia de la Cámara, para ello hay divisiones de poderes, bienvenida la crítica –señaló-
Algunos críticos (y medios opositores) señalan que se disfrazan con eufemismos labores de seguridad pública que realizará el Ejército, afirmando que tal “Plan de Paz y Seguridad” propone llevar la militarización de la seguridad pública a la constitución.
En el fondo la intención es construir alternativas de cambio, bien pensadas, repensadas, discutidas y analizadas, pautas que seguramente afectarán a muchos y otros tantos descalificaran. En todo caso en la magnitud de la medida se debe priorizar el interés nacional y el bien común construidos entre todos. Vivimos tiempos urgentes.
(*) Periodista/Economista
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(**) Fragmento de artículos anteriores:
A los temas anteriores se suman otros de extrema gravedad: Narcotráfico, crimen organizado, inequidad, desempleo y corrupción, todos permean el sistema social, generando un camino explosivo y mortal. Caer en el abismo, parece ser solo cuestión de tiempo, los limites se van agotando.
Así las cosas, el caso Joaquín (Chapo) Guzmán, Ayotzinapa, Tlatlaya, periodistas asesinados y las miles y miles de ejecuciones que se incrementaron en el gobierno de Felipe Calderón y lo que corre del sexenio de Enrique Peña Nieto, nos retrata como país. Nos humilla y sobre todo desnuda al discurso fatuo de un gobierno rebasado, incluido ajustes y reformas.

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