EL CUENTO DE TANIA WERNECK: “¿QUIÉN DIJO QUE LAS ESTRELLAS SOLO BRILLAN DE NOCHE?” Por Márcia Batista Ramos (*)

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El cuento “¿Quién dijo que las estrellas solo brillan de noche?” de la escritora y pedagoga brasileña Tania Werneck, fue publicado recientemente, en el libro antologizado por la escritora Christina Ramalho: “O Duplo”; antología publicada en Brasil, con dieciséis autores, es una lectura necesaria y recomendable, de distribución gratuita en: https://www.ramalhochris.com/livros-organizados.
Desde el título del cuento de Tania Werneck, se advierte una prosa exquisita, al tiempo que ella da cuentas de un manejo experto del género, mismo cuando el título en ningún momento deja entrever el curso de la historia, que se descubre leyendo.
La autora deja escurrir por su pluma retazos de vida y escribe con la suavidad que siente quien acaricia el terciopelo:
“(…) Y, en nuestra nueva vida cotidiana, la calle permanece tranquila, el sol besa los árboles y borda mensajes en las paredes de la sala, llenándola de paz, amor y luz, trayendo una pausa a la ausencia de la presencia física y cariñosa de quien le daba sentido a los días. (…)”
“¿Quién dijo que las estrellas solo brillan de noche?”, es un cuento emotivo, doloroso en pasajes, y también con destellos de felicidad, que nunca persiste, porque el dolor es inmanente, entonces la felicidad es extremadamente inestable:
“(…) Ayer contempló el cielo tan nublado como su corazón (…)”
La autora apuesta a esa cualidad del ser humano para dar vida a una obra literaria muy bien escrita y lo hace a través de una historia de amor y de encuentros con las propias raíces y consigo misma:
“(…) Conectada al universo, sintiendo la cálida brisa del final de la tarde, escucho la voz suave de la niña que habita en mi yo (…)”
En el cuento “¿Quién dijo que las estrellas solo brillan de noche?”, se advierte la riqueza narrativa de la autora y un admirable uso del lenguaje logrando que hace con que el lector se vea envuelto en un mundo de emociones admirablemente descritas:
“(…) Y ahora, con la inesperada visita de un colibrí y la bandada de mariposas en mi ventana, tengo el signo de lo privilegiada que soy, de ser abrazada y acariciada y amparada desde de lejos, que, de tan verdaderos y únicos, ¡Puedo sentirlos, aquí mismo! (…)”
Un cuento escrito con una gran sensibilidad y talento. Una narración de experiencias y realidades muy vívidas, sumado a un argumento muy original y con un misterio que atrapa al lector desde el comienzo. De muchas maneras su prosa duele. Al leerla percibimos que la emoción puede ser sinónimo de literatura y que la literatura se escribe, más que nada, con sentimientos.
¡Tania Werneck, enhorabuena!
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Licenciada en Filosofía. Gestora cultural, escritora, poeta y crítica literaria. Columnista en la Revista Inmediaciones (La Paz, Bolivia) y en periodismo binacional Exilio, México.

CLAROSCURO II, DE JUAN CARLOS ETCHEVERRY CRISTI. Por Márcia Batista Ramos (*)

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Juan Carlos Etcheverry Cristi (1963) nace en Santiago de Chile, estudió la carrera de Publicidad. Su primera aproximación a la poesía es a través del taller literario “Espacio” (CEMOR – ASEC CHILE) bajo el alero de la Sociedad de Escritores de Chile (SECH), entre los años 1989 – 1991, conducido por el fallecido poeta Osvaldo Ulloa. Durante el periodo que duró el taller, se produjeron dos cuadernos de poemas (1990) en las cuales el poeta Etcheverry participó con 2 poemas (“Lonquimay” y “Pisagua Black”) junto a 24 poetas que conformaban el taller de poesía “Espacio”. Disuelto el taller, el poeta colaboró en el periódico La Época (2002) haciendo crítica literaria. Trabajó, además, como redactor creativo en diversas agencias de publicidad; publicó su primer libro de poesía “Registros, Confites y Papelitos” (1994) en la Editorial Mosquito Editores, presentación que fue presentada por el gran poeta chileno Jorge Tellier.
El año 1995 el poeta Etcheverry decide retornar a La Paz, Bolivia, donde actualmente reside, en una especie de reencuentro con su raíz paterna. En medio de sus libros va un manuscrito escrito en Chile que dará luz el año 2000, su segundo libro “Caída Libre” publicado por Plural Editores. Este libro fue prologado por el fallecido poeta chileno Armando Uribe Arce.
El poeta ha sido Asesor Literario de Santillana (1999). Fue colaborador del medio escrito La Letra e haciendo crítica literaria. Ha prologado el libro de la poeta boliviana Rosario Aquím Chávez (Ojos del Cuerpo, 2004) y del poeta boliviano Julio Aliaga Lairana (Otoño, 2005) ambos publicados por Plural Editores.
Actualmente viene publicando sus poemas inéditos en la revista chilena online Coincidir, además de ser embajador de la revista en Bolivia.
Juan Carlos Etcheverry Cristi, en el poema “Claroscuro II” muestra versos llenos de contrastes, que se realizan de manera intencional entre los tonos más luminosos y lo menos luminosos, de la vida misma.
En el título del poema se unen los términos que implican contradicción en su estructura, involucrando una problematización de la existencia, empero, que tiende a enriquecer la realidad, en tanto se ofrece una cierta capacidad de restauración, a diferentes perspectivas dadas.
El poeta, en sus versos, traza dos caminos: el del discurso problemático de la realidad; y el otro, la conciencia de la poesía como artificio literario, desde la construcción metafórica, hasta la autorreflexión.
A lo largo del poema se percibe la doble condición de las situaciones a que está expuesto el poeta: por un lado, la fragilidad, el hastió y, por otro lado, su capacidad de resurgir.
Frente a la ambivalencia de la vida, es normal, que se tienda a privilegiar uno de los dos aspectos, tal vez, por eso el poeta parece pesimista. Pero al final, reconsidera su postura al sentirse privilegiado (como poeta) que puede percibir aspectos que pasan desapercibidos al común de mortales. Entonces, el poeta es capaz de desencadenar una nueva reflexión, que trastornará las expectativas y entregará alternativas simbólicas para el hastío, objetivamente será optimista.
Claroscuro II
Juan Carlos Etcheverry Cristi

Cuántas veces has gritado
a la vida
y le has hecho saber de tu
cansancio.

Cuántas veces has llorando
en silencio;
tus lágrimas
como ríos internos
se dirigen a punto
que se desbordan por la pena.

Cuántas veces has desafiado a Dios
y temiste por el castigo
porque así lo aprendiste en religión
de una buena hermana
que te regañaba
mientras tú intentabas
rebelarte.

Creíste, sin duda
terminar como el Nazareno
sin importar
los 2.000 años.

Te vez envuelto en tinieblas
sin poder alcanzar la luz
cuando todo haya concluido
y tengas una conversación con el Maestro.

La vida se ha vuelto confusa
y muchas cosas ya no entiendes
como el día y la noche
eres como un adolescente
que vive preguntando
de todo.

En cierto momento
has conocido de cerca
la maldad
encarnada en el rostro de Judas
has sangrando por dentro
mientras el otro gozaba
y te has preguntado
si es verdad lo que se devela
frente a tus ojos.

No pretendes ser un apóstol
apenas eres un poeta
que cuando el espíritu de la muerte
ronda
te aferras a la fe
como la gran esperanza
de vida.

Entonces eres un privilegiado,
eres el indicado
para narrar
esta historia
que muchos hubiesen querido
pero no estarán para hacerlo.

La vida nos da y nos quita
es como la moneda
que gira en su mismo eje
sin saber si saldrá
cara o sol.

Al pasar los años,
continuo en esta búsqueda.
Paso de lo celestial a lo esotérico
de las grandes comunicaciones
a mis propios soliloquios;
actos de conciencia.

Pero algo verdaderamente me cautiva,
cuando el sol se echa sobre la luna
y hacen el amor
intensamente.”
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Licenciada en Filosofía. Gestora cultural, escritora, poeta y crítica literaria. Columnista en la Revista Inmediaciones (La Paz, Bolivia) y en periodismo binacional Exilio, México.