MÉXICO PROTAGONIZA NUEVO ESCENARIO GEOPOLÍTICO REGIONAL. Por Fidel Carlos Flores C*

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NIP 20/09/21 (CdMx). Días atrás se llevó a cabo la reunión cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC). En todos los actos oficiales y en un contexto de símbolos se continúan enviando firmes mensajes acorde a la política interna y externa de la 4T (Cuarta Transformación), más allá de diferencias ideológicas y respetando la soberanía de los pueblos.

La CELAC es un organismo que no considera a Estados Unidos, ni a Canadá, de los más de 40 países de América Latina y el Caribe, agrupa a 33. En un evento anterior, el presidente Andrés Manuel López Obrador había sugerido desde un principio que se buscaría alejar de la Organización de Estados Americanos (OEA) un organismo con enfoque imperialista.
La intención fue promover –precisamente- una revisión de las relaciones entre América Latina y Estados Unidos; urgente, razonable y necesaria ya que la OEA quedó rebasada (out side). Tras la crisis de la globalización en los últimos años y exhibida por el impacto del Covid-19. Su desempeño en la práctica ya no corresponde a la nueva geopolítica mundial.
Por otro lado, al margen de intereses, todos los países buscan insertarse a una nueva realidad: intensa, dolorosa y compleja en lo económico, en la salud, en la migración masiva, etc. Los nuevos tiempos exigen solidaridad, medidas proteccionistas y repensar nuevas estrategias, antes que nos enfrentemos a otros desastres y sea tarde.
Obviamente, América Latina considera la interlocución de México y su relación especial con Estados Unidos, no solo por el T-MEC, sino por otros lazos fortalecidos desde el siglo pasado. Por ello, México puede asumir un papel decisivo por su cercanía y alianza comercial/industrial con el país del Norte. Territorialmente cuenta con 3200 kilómetros de frontera común y –claro- ello no solo representa problemas y anomias sociales, sino también “el derecho de acceso o comunicación” que ningún otro país latinoamericano tiene.
Y como lo afirmó el presidente mexicano en su conferencia matutina/diaria, debería cambiarse el antiguo lema de la Doctrina Monroe: “América para los americanos” por el de una visión soberanista: “América para todos los países americanos”. En otras palabras, se sugiere al presidente Biden, señales de mayor humanismo y respeto, porque China (y otros países) continúan ganando terreno económico/político por su presencia con macro inversiones en países y gobiernos de Latinoamérica.
Desde hace dos años, por el impacto del coronavirus -con sus letales olas- que todavía continúan, la región y el mundo vivió una cruel enseñanza, en plena mortandad y devastación, hubo abandono de países desarrollados y organismos tradicionales. En tal sentido, el mandatario López Obrador mencionó » A pesar que las diferencias son circunstanciales a la democracia, lo que aquí no se haga por la salud y apoyo entre nosotros mismos, nadie lo hará, y eso hay que tenerlo muy claro».
La Canciller de Panamá Erika Mouynes, también abundó: “Esta pandemia ha forzado a todos a entender que existe ( o debe existir) una agenda común y prioritaria que no hemos sabido resolver como región, esta situación inédita en la que nos ha puesto la pandemia nos a unido, nos debe unir más”.
Habitamos pues, una región cambiante, conflictiva, e inestable donde siempre hubo desunión y discordia. Considero –entonces- que para lograr realmente actuar como bloque y beneficiarse en común, la CELAC debe plantearse objetivos cortos y posibles y no metas idealistas e inalcanzables, quizás así salgamos de la inmovilidad, dejando divisiones de lado, conseguiremos logros palpables.
En relación a Cuba.

La invitación al jefe de estado cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez como orador a la ceremonia del desfile militar, acto oficial (no recuerdo algo similar al menos en 7 sexenios de los que fui testigo), y el mensaje posterior del Presidente de México, exigiendo –respetuosamente- a EEUU. que ponga fin a un boicot añejo, de gravísimas consecuencias. Sí, es congruente con su discurso ético e ideario político, a pesar de correr el riesgo de ser contraproducente para la generalidad o estrategia de fondo. Como van las cosas se podría ensombrecer el panorama con EEUU.
Esta contundente postura podría malinterpretarse o tergiversarse (por demócratas y republicanos) ya que tal exigencia frontal y pública podría causar un endurecimiento de la Casa Blanca, en el contexto que -estos días- su opinión pública culpa al presidente Biden por incontrolables flujos migratorios de centroamérica y por la retirada de Afganistán, entre otros.
Son tiempos donde las piezas del ajedrez geopolítico se mueven con mayor rapidez e intensidad y los cálculos se hacen en prospectiva. Esperemos que la experiencia de López Obrador sea la adecuada
por el bien de la nación y la región.
(*) Periodista (Escuela de periodismo Carlos Septién García CDMX) Economista (UAM-Unidad Azcapotzalco).
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